Consejos de la banca ética para favorecer a la recuperación económica

En los últimos meses, el mundo está pasando por una situación inédita, donde el COVID-19 está dejando unas consecuencias sanitarias y económicas desproporcionadas. Tras la primera oleada y un confinamiento casi global, los países tienen la difícil tarea de responder ante la crisis que se avecina, además de garantizar unas condiciones sanitarias y la difícil recuperación económica que todos necesitamos.

Situación económica actual

Según el Fondo Monetario Internacional, la situación que viviremos en los próximos años como consecuencia de la crisis económica será igual o peor que la del 2009, un dato bastante preocupante dada la situación que vivimos hace pocos años en todo el mundo. La prioridad actual es la lucha contra el virus, pero no podemos olvidarnos del impacto económico que esta situación va a traer en los próximos años.

Por este motivo, es de extrema necesidad que empresas, administraciones públicas y ciudadanos estén capacitados para responder ante esta recesión, siendo fundamental la coordinación entre las unidades de gobierno (en España, entre el Gobierno Central y las CC. AA.) y la cooperación entre países. Los grupos vulnerables de la sociedad (mayores de edad, personas con patologías, familias en riesgo de pobreza, etc.) deben ser protegidos adecuadamente, y los sistemas sanitarios de países poco desarrollados se deben reforzar para evitar desastres.

Las políticas fiscales y monetarias deben estar destinadas al apoyo de los hogares y los negocios, además de garantizar el acceso a la salud y a recursos económicos en caso de desempleo. Cada país tiene un importante papel dentro de su territorio, pero no podemos olvidar la tarea de organismos como el FMI y la ONU, cuyos suministros y financiación son cruciales para afrontar la crisis económica actual.

Consejos para la recuperación económica según la banca ética

Con el fin de fortalecer el sector financiero y lograr que la economía se recupere de manera paulatina, la banca ética tiene ciertas propuestas:

  • Fomentar la concesión de microcréditos, incrementando la importancia de las microfinanzas en las economías.
  • Reforzar el plan de acción europeo sobre las finanzas sostenibles, destinado a identificar aquellos productos financieros utilizados en ahorros o inversiones que protejan tanto a personas como al medio ambiente.
  • Redirigir la asignación del crédito bancario, donde los bancos valorarían el riesgo teniendo en cuenta factores ambientales y sociales, y no solo financieros y económicos, incentivando una “reconversión ecológica” de la economía. 
  • Utilizar los recursos alojados en los fondos de pensiones para desarrollar la economía real y garantizar que el tejido empresarial de cada país se mantenga a lo largo del tiempo.
  • Dentro de las finanzas privadas, la banca ética propone implementar un impuesto sobre toda transacción financiera, además de un impuesto web dirigido a las grandes compañías tecnológicas que tributan en otros países. También se plantea la posibilidad de separar bancos comerciales y de inversión, así como el hecho de poner más recursos en estudiar las acciones que las empresas llevan a cabo en paraísos fiscales.

Las consecuencias de la pandemia a nivel económico van a ser extremadamente duras y complicadas de revertir. Por este motivo, es indispensable que los países y las organizaciones internacionales, además de luchar contra el virus, pongan sus esfuerzos en garantizar que todas las naciones sean capaces de sobrevivir económicamente a la crisis.

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