Las entidades de Banca Ética se caracterizan por financiar todo tipo de iniciativas con un claro fin social. Éste es el caso de Fiare, que ha decidido hacer una apuesta firme y decidida por este tipo de proyectos que fomentan la transformación social y medioambiental. En el día de hoy vamos a describir 5 programas de ámbito social, del medio ambiente y cultural, que vienen a ser un claro ejemplo del amplio abanico que ésta modalidad de banca ha elegido para dar soporte económico y que se pueda hacer realidad:
Sala de Puigverd: Se trata de una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo trabajar con niños y niñas con lesiones neurológicas que afectan tanto al movimiento como a la postura.
Peñascal: Hablamos de una cooperativa que nació para promocionar y crear empresas de inserción socio-laboral, donde las personas que se encuentran en exclusión o con dificultades para obtener un empleo tengan un recurso que les posibilite este derecho.
Lakari: En el País Vasco surgió esta cooperativa que está constituida por cuatro féminas, que trabajan por el consumo responsable y una alimentación sana.
L’Esberla: Interesante iniciativa sin ánimo de lucro y social, que trata de promover, diseñar y gestionar los distintos servicios de formación, participación, comedores ecológicos y educación.
Compacto: Joven organización fundada en Barcelona, es de las primeras en lo que se refiere a la distribución y producción cultural participativa, y también bajo demanda. Sus acciones se dirigen a distintos ámbitos de la comunicación como pueden ser: el marketing en el cine, la publicidad o la narración. En todas estas acciones se ha conseguido poner la creatividad al servicio de un planeta más participativo, solidario y, sobre todo, libre.
Con estos cinco ejemplos se puede comprobar cómo la Banca Ética en general y Fiare en particular, no tienen ningún problema en financiar proyectos que no tienen ánimo de lucro, sino una repercusión social.